Este fin de semana Benedicto XVI está en Alemania donde con más o menos matices ha contado con la misma campaña mediática que tuvimos en España antes de la JMJ.
Igual que aquí, todo se ha diluido como el azucarillo en el café y el pueblo (especialmente jóvenes) se ha volcado multitudinariamente con la presencia de Su Santidad, circunstancia ignorada en la mayoría de la prensa en España.
De lo poco que he tenido tiempo de digerir me quedo con un brillantísimo discurso a los políticos alemanes en el que ha dado las pistas para descubrir lo que es verdaderamente justo. Qué bueno si alguno de los nuestros tomara nota.