lunes, 23 de mayo de 2011

Elecciones en mi pueblo

Ayer fueron las elecciones locales, de ellas saldrán los gobernantes municipales que rijan el Lugá hasta 2015. Los resultados habidos reflejan que Álora y muchos pueblos cercanos están más cerca de superar los discursos arcaicos de derechas e izquierdas que apenas difieren en programas y proyectos cuando se trata de la administración local, algo reconfortante para quien escribe.


Una vez repartidos los escaños parece que pudiéramos asistir a un gobierno parecido al de la legislatura de 1979 donde todos cedieron y convirtieron en primer Alcalde de la democracia al socialista Pedro Aranda, que quedó lejísimo en número de votos de nuestro querido Antonio Martos (q.e.p.d.) , candidato por la UCD.

Entonces, la recién llegada democracia hacía mucho más compleja la convivencia que aquellos hombres lograron con cierto éxito y Pedro, que pasó a la historia sin pena ni gloria, es recordado como un regidor honrado que hizo lo que pudo en aquellos años difíciles.

Mi primer deseo después de conocer que  nadie tiene una mayoría absoluta lo acaba de echar por tierra hace poco más de una hora uno de los más altos dirigentes del socialismo local al que le he expuesto, sin éxito, que la concentración de ideas, reflexiones y acciones donde todos aporten lo bueno que tengan es lo más lógico y sensato en los momentos donde decenas de familias perotas pasan hambre.

Se ve que no va la cosa por ahí, los buenos siguen estando en un bando y los malos en otro, algo que pretenden convertir en dogma de fe, pero la evidencia es que el pueblo ha hablado y que los perotes entenderían perfectamente que todos, los de buena voluntad, se sentaran y pusieran los intereses generales por encima de los particulares, olvidando la memoria histórica y pensando en un futuro mejor para todos. Igual que en 1979 cuando los políticos pensaban más en servir que en servirse.





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